El derrotero seguido por Huracán en el profesionalismo ha sido muy irregular. Alternó excelentes campañas, como la de 1939, con otras mediocres y algunas muy malas, como en 1949, 1950 y 1951, años en que el descenso lo amenazó.
Pero en 1973 llegó por fin el título largamente esperado y, por ello, jubilosamente celebrado, pues hacía 45 años que Huracán no ganaba un campeonato. Los méritos no fueron pocos, ya que en la primera rueda exhibió una categoría estimable y, especialmente, una eficiencia infrecuente en ese tiempo. Con todos sus titulares, convirtió en la primera mitad del certamen 46 goles en 16 partidos. Conseguir un promedio de casi tres goles por partido en la década del 70 resultó formidable.
Lamentablemente, la selección nacional lo privó de casi todos sus delanteros en los desquites, y su eficiencia mermó considerablemente, al punto de anotar solo 16 goles. Fue entonces cuando pasó la defensa a ser lo fundamental del conjunto. Los escasos 10 goles que le marcaron en la segunda rueda, evidencian que estuvo a la altura de las circunstancias. Y defendió tenazmente la ventaja obtenida en la rueda inicial.
Como siempre ocurre en la valoración de los campeones, los mayores elogios les fueron dispensados a los delanteros, aunque en este caso los defensores se convirtieron en parte importante de la valiosísima conquista lograda.
Sobresalieron en este equipo Houseman y Brindisi. El puntero derecho, incorporado ese año, mostró una habilidad que hizo recordar a los mejores jugadores de su puesto. Y Brindisi era en esos momentos el mejor delantero del fútbol argentino. Los demás fueron designados acompañantes en un equipo que entró en la historia de nuestra institución
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2 comentarios:
Haber Paulita Que Puedo Decir de las boludeces que haces la verdad me aprece una perdida de tiempo valioso por la vida...Na mentira segui haci ..."Haci" :$ We Suerte Chau!
VAMOS HURACAN ¬¬. (era sarcasmo) jajaj. firme ;)
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